miércoles, 30 de mayo de 2012

Sociedad del Conocimiento y de la Informacion


La sociedad de la Información y la sociedad del conocimiento son dos conceptos que a menudo son utilizados de una manera acrítica. La sociedad de la información hace referencia a la creciente capacidad tecnológica para almacenar cada vez más información y hacerla circular cada vez más rápidamente y con mayor capacidad de difusión. La sociedad del conocimiento se refiere a la apropiación crítica y selectiva de la información protagonizada por ciudadanos que saben como aprovechar la información.
Una sociedad de la información es aquella en la que la información y el conocimiento tienen un lugar privilegiado en la sociedad y en la cultura: de esto se desprenden que la creación, distribución y manipulación de la información forman parte estructural de las actividades culturales y económicas. La sociedad de la información es vista como la sucesora de la sociedad industrial. Relativamente similares serían los conceptos de sociedad post-industrial (Daniel Bell), posfordismosociedad postmoderna, sociedad del conocimiento, entre otros. Norbert Wiener, creador de la cibernética, fue el que anunció el advenimiento de una “Sociedad de la Información” cuya base organizativa, para él, era la circulación sin trabas de la información, a la que consideraba una nueva materia prima.
La noción de sociedad del conocimiento fue utilizada por primera vez en 1969 por un autor austríaco de literatura relacionada con el "management" o la gestión empresarial, llamado Peter Drucker, y en el decenio de 1990 fue profundizada en una serie de estudios detallados por autores como Robin Mansel o Nico Stehr.
Las sociedades de la información emergen de la implantación de las tecnologías de información y comunicación (TIC) en la cotidianidad de las relaciones sociales, culturales y económicas en el seno de una comunidad, y de forma más amplia, eliminando las barreras del espacio y el tiempo en ellas, facilitando una comunicación ubicua y asíncrona.
La eficacia de estas nuevas tecnologías -actuando sobre elementos tan básicos de la persona como son el habla, el recuerdo o el aprendizaje-, modifica en muchos sentidos la forma en la que es posible desarrollar muchas actividades propias de la sociedad moderna.
Sin embargo, la información no es lo mismo que el conocimiento. La información se compone de hechos y sucesos, mientras que el conocimiento se define como la interpretación de dichos hechos dentro de un contexto, y posiblemente con alguna finalidad.
Para la UNESCO1 el concepto pluralista de sociedades del conocimiento va más allá de la sociedad de la información ya que apunta a transformaciones sociales, culturales y económicas en apoyo al desarrollo sustentable. Los pilares de las sociedades del conocimiento son el acceso a la información para todos, la libertad de expresión y la diversidad lingüística.

¿Qué es el analfabetismo digital?


El analfabetismo digital es un nuevo concepto acuñado de la mano de la nuevas tecnologías. Sepa qué es, cómo se mide y cuánto afecta.

El analfabetismo ha sido y es una de las grandes barreras que tienen las sociedades para su desarrollo.

Asociado no sólo a la lectura sino también a la capacidad de comprensión, su destierro ha sido prioritario en muchos países y está considerado como uno de los índices de medición asociados a la extrema pobreza.
Se han ideado campañas masivas para erradicar este problema, y ha sido estandarte de muchos gobiernos. Su superación es, generalmente, uno de los hitos más importantes en el desarrollo de las diferentes sociedades.


Nuevo tiempos, nuevos analfabetos

Cuando el analfabetismo, ya está dejando de ser un tema a superar en muchos países, las Naciones Unidas, en sus “Objetivos de desarrollo del Milenio” fijó hace ocho años metas más ambiciosas: como el establecimiento de la enseñanza básica universal, y la obligatoriedad de la enseñanza media. Sin embargo a la luz de la aparición de las nuevas tecnologías aparece esta nueva forma de analfabetismo.

Se ha acuñado entonces un nuevo concepto el analfabetismo digital, que se puede definir como el nivel de desconocimiento de las nuevas tecnologías que impide que las personas puedan acceder a sus beneficios. Por ejemplo a navegar en la web, disfrutar contenidos multimedia, sociabilizar mediante las Redes Sociales, crear documentación, comerciar, etc.
Existen tres elementos a tener en cuenta para medir el mayor o menor grado de conocimiento del Alfabeto Digital:


Elementos a tener en cuenta para conocer el propio nivel de alfabetización digital

  1. El manejo de un computador y sus periféricos.
  2. Manejo de softwares esenciales.
  3. Conocimiento informático.

Usar el computador no es sinónimo de alfabetización digital


La habilidad por sí sola o la competencia para manejar herramientas e instrumentos tecnológicos (teléfonos móviles, iPods, PC, etc.) no implica la calidad de ser un alfabeto digital.

Previo a la aparición de la sociedad digitalizada una persona era considerada alfabetizada cuando manejaba el proceso de lectoescritura en su lengua nativa, podía leer libros y documentos, comprenderlos y dejar registro de sus pensamientos a través de la escritura.

La Alfabetización Digital hoy es un proceso de la cultura bastante más amplio, que consiste en poseer los rudimentos necesarios para moverse con las nuevas tecnologías. Especialmente en Internet, acceder a nuevos contenidos, relacionarse con otros y aprovechar nuevas oportunidades a través de las distintas aplicaciones que los medios digitales ponen a disposición de la sociedad.

¿Se puede aspirar a la superación de la “brecha digital”?


Las capacidades de uso de las nuevas tecnologías llevan indefectiblemente a otro concepto: la brecha digital.

Este concepto se define como la separación que existe entre las personas (comunidades, estados, países…) que utilizan las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) como una parte rutinaria de su vida diaria y aquellas que no tienen acceso a las mismas, o que aunque las tengan, no saben cómo utilizarlas.

Esta brecha digital se encuentra asociada, lamentablemente, a la desigualdad y por tanto a los desarrollos socioeconómicos y productivos de los países.
Sin embargo es muy importante tener en cuenta la afirmación que hace la Unesco en el Reporte General de la Conferencia sobre Estrategias y Políticas Informáticas Nacionales y que dice: “La experiencia de los países industrializados prueba que la informática, nacida del progreso, puede acelerar el desarrollo. Si los países en desarrollo logran dominarla, puede incluso, gracias a una mejor administración de los recursos, contribuir a atenuar la brecha que los separa de los países poderosos”.

Analfabetismo Digital en Argentina


Gran “analfabetismo digital” en Argentina

Según este censo, son 5,5 millones de personas de entre 25 y 50 años las que no usan PC.


En pleno auge de la era digital, hay una franja notable de argentinos que se queda, literalmente, fuera de la conversación. Eso indica el censo 2011, según el cual un 41% de los argentinos entre 25 y 50 años no usa computadoras. 

La cifra sorprende en una franja etaria que se encuentra en plena vida laboral y social, y surgió de la iniciativa de incluir, por primera vez en la historia, una pregunta vinculada con la tecnología en el censo: “¿Usa usted computadora?”. La tecnología es uno de los grandes rubros directamente vinculados a la economía. Por eso, el llamado “analfabetismo digital” genera una gran brecha en cuanto a la desigualdad de oportunidades.

Susana Finquelievich, investigadora del Instituto Gino Germani, dijo que este segmento comprende “personas que no tienen acceso a una computadora, pero que tampoco han descubierto para qué sirve. Para ellos, eso significa quedar fuera de una cantidad de relaciones laborales y sociales que ya son parte de la vida cotidiana”.

Por su parte, Hugo Scolnik, director de Computación de la UBA, opina que las personas que no utilizan computadoras inevitablemente “comienzan a diferenciarse del resto porque esto las afecta en su productividad, en su acceso a la cultura o en cómo se relacionan con los otros”.

Esta tendencia, según el sondeo, se acentúa especialmente en las provincias con menos recursos. En Santiago del Estero, por ejemplo, casi el 68% de las personas en ese rango de edad no usa computadoras.

Las regiones con más alfabetización digital son aquellas que tienen el PBI más alto, donde además, su población está ocupada en servicios, es decir que sus trabajadores están en contacto con computadoras. Y también en provincias donde existen universidades importantes”, apunta Finquelievich.

Por otro lado, la experta marca una distinción clave: “Uno, en general, usa la computadora para lo que necesita inmediatamente, por eso existen diferentes tipos de analfabetismo. Estar alfabetizado implica poder usar el Word o una planilla de Excel, cosas que sirven para trabajar y estudiar, y esto sí es algo que cruza a varias franjas sociales”.

Por lo tanto, ver videos en YouTube, enviar emails o utilizar Facebook, no eximen a una persona del analfabetismo digital.

Internet en el trabajo
”Las empresas gastan millones en software para evitar que sus empleados vean videos en YouTube, se conecten a redes sociales o compren en la red, creyendo que así evitan perder más dinero aún en productividad. La cosa parece que no siempre es así”, asegura Brent Coker, de la Universidad de Melbourne, en la web del proyecto.

Según el estudio, realizado sobre 300 empleados, el 70% de la gente que utiliza Internet en el trabajo, navega por la red con fines personales en horario laboral. Las actividades más populares son buscar información sobre productos, leer las noticias y ver videos en YouTube. La popularidad de estas actividades se debe a la concentración imperfecta de la gente.

“Una pequeña pausa en la jornada  permite a la mente descansar, lo que lleva a una mejor concentración a lo largo del día y como resultado un incremento en la productividad”, afirma Coker.

El estudio contradice otros que llegaron a la conclusión de que utilizar la web en horario laboral le cuesta millones a las empresas, que dedican enormes recursos a evitarlo y generalmente no lo consiguen. 

La Brecha Digital

Brecha Digital hace referencia a la diferencia socioeconómica entre aquellas comunidades que tienen accesibilidad a Internet y aquellas que no, aunque tales desigualdades también se pueden referir a todas las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), como el computador personal, la telefonía móvil, la banda ancha y otros dispositivos. Como tal, la brecha digital se basa en diferencias previas al acceso a las tecnologías.1 Este término también hace referencia a las diferencias que hay entre grupos según su capacidad para utilizar las TIC de forma eficaz, debido a los distintos niveles de alfabetización y capacidad tecnológica. También se utiliza en ocasiones para señalar las diferencias entre aquellos grupos que tienen acceso a contenidos digitales de calidad y aquellos que no. El término opuesto que se emplea con más frecuencia es el de inclusión digital y el de inclusión digital genuina (Maggio, 2007)





La brecha digital en el contexto de la sociedad de la información

En ocasión de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI) los principales grupos de la sociedad civil dieron vida a la campaña CRIS (Communication Rights in the Information Society –Derechos de Comunicación en la Sociedad de la Información), con el objetivo de infundir la agenda de la Cumbre con cuestiones relacionadas con los medios de gobierno y derechos a la comunicación.
En la CRIS se ha enfatizado la función de las nuevas tecnologías como herramientas de comunicación de valores comunes entre grupos, individuos y organizaciones sociales, criticando una justificación instrumental de las tecnologías vistas principalmente como un fin más que como un medio para impulsar un cambio social, una visión instrumental que no considera ni las barreras culturales y lingüísticas, ni las relaciones de dependencia y subordinación técnica, económica y política entre y dentro del Norte y el Sur del Mundo.
La inclusión digital, sostiene este sector de la sociedad civil, hay que pensarla como un asunto colectivo, no individual, donde los beneficios sociales hay que verlos en relación a los que se generan para las comunidades, organizaciones, familias y grupos que sacan provecho de las tecnologías, aunque no tengan acceso a éstas. La eficacia de las políticas de inclusión digital dependerán de las posibilidades de integración del conocimiento en los propios objetivos de sus beneficiarios, considerando que no existe un solo modelo, sino muchas posibles sociedades de la información y de la comunicación adaptadas según las diferentes necesidades y objetivos individuales y comunes de un planeta para nada homogéneo.
Según la Organización Mundial del Comercio, las nuevas oportunidades tecnológicas (y del libre comercio a escala global) serán el motor de una "tercera revolución industrial". Gracias a las TICs, se sostiene, se podrán anular las brechas de pobreza y de falta de recursos existentes, confrontándose en el campo de la economía, de las transformaciones políticas y sociales, de la identidad, en la cultura y en el poder, modelando nuevas relaciones a escala global.
A través del comercio electrónico y de los e-servicios, de la reducción de los costos de conexión, mejorando la eficiencia de los gobiernos y servicios públicos y favoreciendo el rol del sector privado, se creará un "entorno favorable" para lograr la reducción de las desigualdades entre y dentro de los Estados, siempre según la OMC.
Algunos autores críticos14 15 han señalado que si bien en las grandes agendas internacionales se enfatizan los grandes beneficios que las Nuevas Tecnologías pueden tener para los países del Sur, lo que hasta ahora se identifica con la Sociedad de la Información se muestra como una invención de las necesidades de la globalización, vista como un fenómeno neoliberal; un desarrollo que no tiene en cuenta las necesidades de un Sur, que se encuentra en la parte equivocada de la brecha digital.
Según esta visión, son los países del Norte los principales propietarios y beneficiarios de la World Wide Web, así como de la industria del hardware, del software y de la producción de los contenidos, el 70% en inglés. El Sur permanece excluido, y con ello aumentan las diferencias sociales regionales, y se impone un modelo de desarrollo "desde el Norte", a su imagen y semejanza.
Tales voces críticas sostienen que de nuevo se proponen viejas lógicas que nunca han promovido cambios significativos y que, al contrario, han dado lugar a nuevas relaciones de dependencia y han acentuado las desigualdades existentes: el hardware, por ejemplo, está pensado en Occidente, lo que supone para el Sur nuevas formas de trabajo, muchas veces femenino e infantil, en las industrias de ensamblaje, reforzando la destrucción de los lazos sociales y de economía de explotación y aumentando exponencialmente la polución tecnológica.

Historia de la Tecnología El Siglo XXI

                                                                              Siglo XXI

Hablar del desarrollo tecnológico del Siglo XXI es complicado cuando aún estamos en sus inicios y nos falta, por tanto, la perspectiva histórica para hacer un buen análisis.

Se descifra en genoma humano y se avanza en su comprensión, lo que permite conocer mejor ciertas enfermedades.

Grupos de satélites orbitan alrededor de la Tierra, permitiendo el posicionamiento inmediato de cualquier objeto mediante GPS.

La nanotecnología abre nuevos campos para nuevos materiales que tendrán importantes aplicaciones industriales.

En 2001 Apple lanza al mercado el primer iPod.

En 2006 Nintendo desarrolla la videoconsola Wii, primera con mando inalámbrico a la que seguiría después Xbox con kinets.

Los ebooks se popularizan.

Historia de la Tecnología El Siglo XX

                                                             Siglo XX

Las innovaciones tecnológicas y científicas de esta etapa van a ser muy importantes. Si en el siglo anterior se ponen las bases para una nueva locomoción terrestre y marítima, en el siglo XX se pondrán las bases para el transporte aéreo. Así, en 1903 los hermanos Wright hacen volar su primer prototipo de aeroplano con motor. Además de los aviones, se conquista el espacio: en 1957 se envía el primer satélite artificial, el Sputnik I ruso. Serán, sin embargo, los americanos los primeros en pisar la luna en 1969.

La primera mitad del siglo XX verá el desarrollo de nuevas teorías científicas que afectarán a mundos hasta ahora inexplorados: lo grande con la Teoría General de la Relatividad de Einstein, y lo pequeño a través de la Mecánica Cuántica.

El siglo XX verá también el desarrollo de la electrónica, lo que permitirá el avance de las telecomunicaciones: Marconi inventa la radio y poco después vendría la televisión.

Pero uno de los avances más importantes será, sin duda, el desarrollo de los ordenadores e internet, favorecido por la aparición del transistor. Por vez primera el mundo entero está interconectado y el conocimiento es ya universal e instantáneo.

Historia de la Tecnologia El Siglo XIX

                                                                       Siglo XIX

Los avances del siglo XIX serán muchos y muy significativos, pero sin duda el mayor logro será la electricidad, desarrollo que cambiará para siempre la sociedad y la tecnología. Así, en este siglo Volta inventa la pila, Faraday inventa el motor eléctrico y Edison la bombilla.

En el campo de la locomoción van a ocurrir mejoras importantes: Stephenson inventa la locomotora, Otto el motor de cuatro tiempos y Diesel el motor que lleva su nombre. Con estos avances el mundo se empieza a hacer mucho más pequeño.

En el campo de los materiales Bessemer desarrolla su convertidor que es capaz de abaratar terriblemente la producción del acero industrial.

El Siglo XIX verá también un importante descubrimiento en el campo de las telecomunicaciones: Meucci inventa el teléfono que finalmente patentará y comercializará Graham Bell.